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No todo lo que compras como jamón es jamón; Profeco advierte

Muchos productos se venden como jamón, pero no lo son. Aprende a identificarlos y evita gastar en embutidos que no cumplen la norma, según Profeco.

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Por: Excélsior

CDMX, México; 4 de julio.– En su más reciente Estudio de Calidad sobre jamones y embutidos 2025, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) reveló que varios productos comercializados como jamón en México no cumplen con la Norma Oficial Mexicana NOM-158, que establece los requisitos de calidad para estos alimentos. ¿Cómo reconocer el jamón que no es jamón? Esto debes saber

Estos productos se presentan como “jamón de pavo” o “jamón de pierna”, pero al analizar su etiquetado y composición, Profeco detectó que en realidad son “embutidos cárnicos cocidos” o “productos cárnicos cocidos”, lo que significa que no son jamón y no pueden venderse como tal.


¿Por qué no son jamón?

De acuerdo con la NOM-158, para que un producto sea considerado jamón debe cumplir con:

Porcentaje mínimo de carne de la especie declarada (pavo, cerdo o pierna).

Contener un nivel de proteína libre de grasa superior al mínimo establecido (12% en promedio).

Cumplir con las definiciones de su categoría (jamón extrafino, fino, preferente o comercial).

Los productos detectados por Profeco como no jamón tienen un bajo contenido de proteína cárnica, altos niveles de almidones, féculas o agua añadida, lo que los convierte en embutidos cárnicos cocidos, que son una mezcla de carne y otros ingredientes sin cumplir los estándares de calidad de un jamón verdadero.


¿Cómo reconocer un producto que no es jamón?


1. Lee la denominación oficial en la etiqueta.

Si el empaque dice “producto cárnico cocido” o “embutido cárnico cocido”, no es jamón.

Busca que diga “jamón de pavo” o “jamón de pierna” y que en ingredientes no predominen almidones o féculas.


2. Revisa el contenido de proteína.

Debe indicar al menos 12% de proteína libre de grasa en jamones comerciales.

Si tiene menos, es un producto de calidad inferior o no es jamón.


3. Observa el precio.

Los precios muy bajos pueden ser un indicio de productos que no son jamón, ya que utilizan carne mecanicamente separada, féculas y agua para reducir costos.


4. Verifica los sellos de advertencia.

Exceso de sodio o grasas saturadas son comunes en estos productos de baja calidad.


¿Por qué es un problema que no sean jamón?

Comprar productos que no son jamón representa un engaño al consumidor, ya que se paga por un alimento que no cumple con lo que promete. Además, su valor nutrimental es inferior, con menos proteína y más ingredientes de relleno.

Profeco señala que venderlos como jamón incumple el artículo 32 de la Ley Federal de Protección al Consumidor, que prohíbe inducir a error al comprador mediante información falsa o ambigua.

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