
Por: Plaza Mayor
Tan jugosa resulta la Dirección de Inspección y Verificación del Ayuntamiento de Torreón que la mafia del poder decidió diversificarse y operar con tres mandos visibles. El grupo más influyente es el del propio director, Pablo Fernández Llamas, que incluye a los pastores religiosos que acomodó en la nómina y que ahora se dedican a cobrar “impuestos” a nombre de la autoridad. Los bien enterados aseguran que este bloque reporta directamente a Ernesto Cepeda, hijo del alcalde.
En segundo sitio se ubica la facción de Sergio García, “Checolín”, quien funge como ojos, oídos y brazo ejecutor del secretario del Ayuntamiento, José Ganem.
El tercer grupo
Por último, queda el ala encabezada por José del Castillo Serrano, con menos poder y menor capacidad de recaudación. Este grupo despacha, bajo la tutela de Antonio Hernández, “Toñito”, como apodan al improvisado director de Fomento Económico, quien, por cierto, comenta a quien quiere escucharlo que está entre los elegidos para ir por una diputación.
En la lista de importancia de la Dirección de Inspección y Verificación —y de ganancias que regresan a los bolsillos de sus jefes— van de arriba hacia abajo.
Le dobló la mano
Más que mano izquierda, fue sumisión. Así lo interpretan en Francisco I. Madero el hecho de que se haya incorporado a la nómina municipal Cenovio Avalos Martínez, padre del ex alcalde Jonathan Avalos.
Originalmente, hubo quien interpretó la medida, como un buen gesto del alcalde Félix Ramírez Hernández ante el pleito frontal al que lo desafió su antecesor, a quien todavía no le cae el veinte de que ya no está al frente del ayuntamiento, pero los enterados de la grilla en Chávez dan por hecho que el nombramiento de don Cenovio como director del archivo municipal, en realidad fue una imposición.
El tiempo dirá cuál versión es verdadera. Si Jonathan baja la intensidad de sus críticas, estará muy claro de qué se trata.
Hay actividad
Este lunes hay actividades en el Congreso Estatal. La diputada torreonense Olivia Martínez Leyva presidirá los trabajos de la Diputación Permanente. Se espera que la sesión, la primera del periodo de receso, sea de trámite, lo cual la propia legisladora agradecerá luego de que, en las dos últimas reuniones del pleno legislativo, en su condición de secretaria de la mesa directiva, le tocó leer literalmente durante horas.
DMC